3 abril 2017 Por Técnico de Thémera 0

THÉMERA SE VISTE DE ROSADO

Thémera, la marca de vinos del enólogo Jorge González Granado, ya cuenta en su catálogo de vinos con un rosado que lleva el nombre Madreselvas en Flor. Se trata de un vino que destaca por una gran personalidad que ya se observa en su nombre propio y en su imagen.

Madreselvas en Flor es un guiño del enólogo González Granado al famoso tango de Carlos Gardel en el que la madreselva cobra un protagonismo que el enólogo también ha buscado en la imagen de la etiqueta de este rosado. En ella se observa la personificación de una madreselva en flor que cautiva desde el primer instante.

Madreselvas en Flor Rosado procede de la cosecha de 2016 y contiene la variedad de uva tempranillo de viñedos de Peñafiel (Valladolid). Se trata de un vino de mesa que sobresale por ser un vino joven y fresco con notas florales y afrutadas en cata. Si bien está elaborado en la zona de producción de Ribera del Duero no pertenece a esta Denominación de Origen (D.O.) porque su reglamento exige que los rosados tengan un contenido en azúcar residual inferior a 4 g/l (el contenido en azúcar de Madreselvas en Flor Rosado 2016 es de 6 g/l, procedente de la propia uva y mantenido en el vino al detener la fermentación a baja temperatura).

El comentario de cata de su enólogo, Jorge González Granado, es que “Madreselvas en Flor Rosado 2016 es un vino muy freso y vivo que presenta un color rosa violáceo muy brillante. Nariz muy intensa con notas de fresa y regaliz rojo, y notas florales de madreselvas. En boca se muestra muy amable, con entrada ligeramente dulce resaltando después el frescory la acidez. Destaca su vivacidad”.

El enólogo destaca la minuciosa elaboración de este rosado: “para producir Madreselvas en Flor Rosado 2016 seguimos un sistema de elaboración mediante sangrado de los depósitos con la uva procedente de las parcelas más frescas. Cada año maceramos las horas justas que nos permiten extraer la combinación ideal entre color, aromas y acidez. En la añada 2016 maceramos durante 7-8 horas”.

González Granado explica que “una vez obtenido el mosto lo dejamos en reposo 24 horas, a baja temperatura, para que se produzca una decantación natural. Luego, trasegamos el mosto, muy limpio ya, para que fermente en depósitos de pequeña capacidad (1.000 y 2.000 litros) de forma muy lenta y a muy baja temperatura. Así, con una fermentación que se prolonga durante casi 21 días se mantiene con toda intensidad el potencial aromático del vino”.